Change Finance -  -

Tomar Medidas

¿Están tus candidatos al Parlamento Europeo listos para #ChangeFinance?

Como sabes, iremos urnas para seleccionar a nuestros representantes políticos en Europa el 25 de mayo, y necesitamos queestén determinados y tengan ambición de servir a los intereses de la gente y del planeta.

Pero hay un obstáculo. En este momento, un ejército de grupos de presión está trabajando sin descanso para conseguir que las normas financieras que se redacten están a favor de los bancos, en lugar de en favor de la ciudadanía

Queremos que nuestros futuros diputados en el Parlamento Europeo sepan que esta Comunidad está buscando líderes para ejecutar nuestras demandas ahora que se acerca el momento de acudir a las urnas.

Precisamente por eso, tú y cientos de personas en toda la UE están tomando medidas para transmitir nuestro mensaje a los candidatos y candidatas al europarlamento en toda Europa, con la exigencia de que se enfrenten a los bancos y a la creciente influencia de los lobbies del sector financiero.

Asegurémonos de que tus candidatos entienden la urgencia de #ChangeFinance. Envía una carta pidiéndoles que tomen medidas.

Envio:

  • Cuando introduzcas tu código postal aquí abajo, nuestro sistema automáticamente seleccionará los candidaos que acuden a las elecciones en tu circumscripción
  • Entonces aparecerá un mensjae que te sugerimos, aunque puedes editarlo y personalizarlo

¿Por qué es el lobby tan dañino?

Más de 1.700 lobbistas o grupos de presión trabajan para el sector financiero en Bruselas, y tienen un claro objetivo: aumentar sus beneficios y evitar leyes que los cuestionen. Por ejemplo, en marzo de este año, presionaron duramente contra las normas que encarecerían la financiación de los combustibles fósiles.

Los lobbistas financieros persuaden a los políticos para que voten a favor de leyes débiles que les permitan especular, incluso sobre las empresas, la vivienda, la alimentación y los servicios públicos. Esto hace que los trabajadores y trabajadoras ganen menos, que los consumidores paguen más y que los ricos obtengan mayores beneficios, lo que conduce a una creciente desigualdad. Muchos de los intentos de asegurar modelos sostenibles para la sociedad se ven socavados por el sector financiero.

Es más, los riesgos que asume podrían desembocar en otra crisis financiera monumental. Los expertos advierten que esta crisis sería peor que el colapso de 2008, que costó miles de millones de euros en dinero de los contribuyentes para rescatar a los bancos. La gente perdió sus empleos y sus hogares, y muchos países se vieron inmersos en políticas de austeridad.

Si hacemos retroceder el poder de los grupos de presión financieros e impedimos que dominen los espacios de toma de decisiones, como el Parlamento Europeo, podremos construir un futuro saludable y democrático para Europa y su ciudadanía.

¿Por qué es esto importante ahora?

En Bruselas, las poderosas empresas financieras pueden poner sus intereses en primer lugar de la agenda. Los lobbistas que representan a los grandes bancos y fondos de inversión utilizan todo tipo de argumentos para persuadir a los responsables de la toma de decisiones de que no es necesario adoptar medidas para cambiar el sistema financiero, que tiene como función principal el beneficiarse de él. En 2018, sólo el 31% de los activos bancarios de la UE se prestaban a los hogares y a empresas no financieras, mientras que casi el 70% se dedicaba a actividades especulativas.

Los enormes presupuestos de los grupos de presión han permitido al sector financiero penetrar profundamente en cada una de las instituciones de la UE y evitar reformas financieras estrictas. Ha sido muy difícil que se escuche la voz de la sociedad civil y que se conceda prioridad al interés público. Ante este desequilibrio, es necesario mantener a raya al lobby financiero para proteger la integridad de la capacidad de decisión democrática.

Cambiar el sistema financiero es cambiar la forma en que se maneja el dinero y quién recibe los mejores servicios financieros. La mayor parte de esto se decide en las instituciones de la UE, de las cuales el Parlamento Europeo desempeña un papel importante.

Para encaminar a la sociedad hacia la igualdad y la sostenibilidad, instamos al próximo grupo de parlamentarios a crear otro campo de juego: uno que impida que los que tienen mucho dinero dominen la gran política, y otro que asegure otras voces en el debate.En la nueva legislatura, necesitamos que los parlamentarios adopten medidas ambiciosas para hacer retroceder el poder y la abrumadora influencia del lobby financiero, lo que impide que se atiendan los intereses de muchos ciudadanos y ciudadanas de la Unión Europea.

¿Qué han estado haciendo los lobbistas desde el año 2008?

El colapso de 2008 provocó una protesta pública contra un sistema financiero descontrolado. Millones de ciudadanos europeos perdieron sus puestos de trabajo, y muchos de ellos perdieron sus hogares. Al mismo tiempo, los grandes bancos fueron rescatados con cientos de millones de euros del dinero de los contribuyentes. La crisis europea resultante condujo directamente a recortes en los servicios públicos y en el bienestar de los países de la UE. La gente exigió reformas de gran alcance para evitar que un desastre de este tipo volviera a ocurrir.

Desde entonces, el lobby financiero ha luchado con uñas y dientes para evitar cambios fundamentales. Defiende los intereses de los grandes bancos, fondos de inversión y compañías de seguros, y no ve ningún problema en que el sistema financiero esté totalmente adaptado para obtener beneficios rápidos. Utilizando todas las vías disponibles para llegar al poder, han logrado impedir una reforma efectiva.

Ejemplos:

  • Se han diluido las propuestas para que los bancos sean más sólidos, primero a nivel internacional y luego a nivel de la UE.
  • En la UE se abandonó una propuesta legislativa para separar la banca básica de la banca de inversión especulativa, a pesar de que estaba respaldada por un grupo de expertos de alto nivel.
  • Once Estados miembros de la UE acordaron en principio un impuesto sobre las transacciones financieras (ITF), pero las negociaciones están ahora congeladas, en gran parte debido a la intervención del lobby financiero.
  • El intento de imponer una fuerte regulación a los fondos de riesgo -las organizaciones más especulativas del planeta- se redujo a poco más de un poco de transparencia. De hecho, las nuevas normas de la UE facilitaron el funcionamiento de los fondos de cobertura en toda Europa.
  • Se diluyó la aplicación de una ley, que tenía por objeto reducir la especulación en nano segundos, así como los precios de los alimentos y la energía.

Como resultado de la larga campaña llevada a cabo por grupos de presión bien conectados y financiados, lo que vemos en la UE es un sistema financiero plagado de las mismas injusticias y peligros que en 2008. Estamos caminando sonámbulos hacia el próximo colapso.

Los bancos más grandes siguen siendo tan grandes que están destinados a ser rescatados con dinero público, si fracasan. Por esta razón, un fondo europeo (ESM) es ahora capaz de prestar 500.000 millones de euros en el marco de la Unión Bancaria para rescatar a los bancos. Incluso al tipo de productos financieros especulativos a los que se culpó de desencadenar la crisis en 2008  se les ha permitido reaparecer en el marco de la Unión de Mercados de Capitales.

Todavía queda mucho camino por recorrer antes de que hayamos alcanzado el objetivo de que los mercados financieros estén al servicio de la sociedad: un sistema financiero que pueda garantizar y reforzar el bienestar, la sostenibilidad y la justicia social. La lección clave de la última década es que para que tengamos éxito con esos objetivos, necesitamos hacer retroceder el poder del lobby financiero.

Agunos datos sobre el poder de las finanzas

Algunos datos sobre el sistema financiero (en Inglés)

  • Europe’s banks use only around 1/8th (12%) of their balance sheet lending to “real” economy businesses. (Source: ECB- 1 & 2)
  • The banking sector, especially the biggest banks, uses most of its balance sheet lending to trade with other financial firms. The easiest way to trade things quickly and in huge amounts is by using speculative activities such as derivatives. Official statistics show us that the gross market value of over-the-counter derivatives is around a whopping $15 trillion. Staggeringly, at least 90% of this is solely between financial firms – with the real economy accounting for less than 10%.
  • Another thing the banking sector does more than lending to businesses is lending to households, (19% of total assets) – overwhelmingly for mortgages (15% of total assets). Across Europe more and more of us face tying ourselves to banks for life just to get a home. Mortgage-financed private housing is a financial stability problem for banks, it drives up house prices and it increases inequality between owners and renters.
  • Finance feeds inequality and inequality feeds finance. The wealthiest 10% of households own 51.2% of the total net wealth – they invest their wealth in financial assets, earning interest and dividends,  while the rest of us borrow, paying interest and fees, just to meet basic needs like housing, education and health.
  • Tax avoidance is a massive drain on our governments’ ability to tackle our social and environmental crisis. The Tax Justice Network has compiled various estimates of global tax avoidance. For example, IMF researchers estimated the annual tax loss to be around $600bn. This is only made possible by the financial system, which provides offshore accounts and ‘special purpose’ financial structures. The Tax Justice Network calls them “enablers and intermediaries” of tax avoidance. For example the UniGlobal union says: ‘wealthy individuals (not including companies) are estimated to hold up to $32 trillion offshore
  • The financial system helps illicit financial flows (IFF) to leave developing countries, depriving citizens of their means to create wealth. Billions of Euros of illicit money from corrupt acts, tax avoidance or tax evasion are flowing out of developing countries every year, leaving societies without the needed resources to build their economies. The High Level Panel on IFF estimated in 2015 that $50 billion of illicit gains are leaving Africa every year. More recent estimates by UNECA indicate that IFF numbers from Africa reach $100 billion per year – surpassing the amount paid to Africa via official development aid (ODA) by 100% (ODA for Africa in 2016 was 45 billion Euro). As stated in the point above, this is only made possible by financial institutions providing offshore accounts and other means to launder the illicit money.
  • The world has too much debt. Not government debt as those pushing austerity would like us to believe. But private debt. Almost certainly the largest amount of private debt is between different sorts of financial firms but good data on this is difficult to come by. Private debt between the financial system and other firms and households however is massive and has been growing steadily for years, even before the crisis. The Bank for International Settlements calculates that, in 2017, there was over $110 trillion worth of private debt to normal firms and households. Simply put this cannot be paid back by the system we have now. Big changes are needed to slow down the production of new debt and to start eliminating the existing debts.
  • In 2008, governments judged that a handful of enormous financial firms, like banks and insurance companies, were too-big-to-fail. They bailed them out at a direct cost of trillions, and a wider cost of ruined economies and terrible social hardship. Yet today the problem of too-big-to-fail banks and others is still with us – conceivably worse than ever. Europe still has 11 Globally-Strategically Important Banks. According to the ECB, large banks account for over 70% of Europe’s banking assets. There are only around 35 of them and their average size is almost €700 billion, over 50 times that of medium-sized banks (average size just €13 billion). A failure in just one of these big banks could lead to a domino effect and the collapse of the financial system and economic recession. So at the first sign of trouble, just like in 2008, governments will bail them out again.
  • The business practices of the world’s major banks continue to be aligned with climate disaster. 33 global banks poured $1.9 trillion into fossil fuels since 2016, with financing on the rise each year. This is more than all the currency in circulation in the US!
  • Bank financing for fossil fuels has increased each year since the Paris Agreement. (2016: $612 billion; 2017: $646 billion; 2018: $654 billion)
  • Meanwhile, investments in renewable energy remain low in comparison, and they have even decreased in the last year. (2016: $330.1 billion; 2017: $361.7 billion; 2018: $332.1 billion)
  • To tackle environmental breakdown, we need to proactively direct finance to projects that can make a difference. Yet, since the crisis, so-called passive investing is on the rise, where, remarkably, we leave even more investment decisions to mathematical formulas, robots and discredited economic theories than before:  Around the world, 38% of managed equity assets are now invested in passive funds. In the US, the figure has reached 50% and in 2016 around $340 billion were moved out from actively managed funds, while $505 billion flowed into passive vehicles.
  • The switch to passive investing has also handed incredible power to the big 3 asset managers of BlackRock, Vanguard and State Street . These three control over $11 trillion of assets and they invest in largely the same things. This makes them together the largest shareholder in over 90% of firms in the S&P500, the index of America’s largest 500 firms, and largest shareholder in over 40% of all listed firms in the US. A profoundly undemocratic concentration of control.

Climate change will dramatically alter our economies, new activities will rise, old sectors will die. The financial sector is not ready for such drastic changes. Researchers put their potential losses in the tens of trillions.  For our over-indebted, over-connected, fragile financial system the scale of such losses will prove catastrophic. Once again governments will be called on to bail them out.

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